Finanzas 5.0: el desarrollo sostenible y la economía
El término Finanzas 5.0 empieza a tomar cuerpo en el mundo empresarial. En este caso no hablamos sólo de tecnología, sino de la conjunción entre economía y desarrollo sostenible, un tándem determinante para el éxito a corto, medio y largo plazo.
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ToggleEl compromiso con la sostenibilidad es uno de los elementos diferenciales de las Finanzas 5.0, propias de una estrategia en la que fomentar el desarrollo sostenible es prioritario.
Aun cuando la denominada Industria 4.0 todavía está desarrollándose a través de la digitalización de procesos y la automatización industrial, ya hay empresas que empiezan a implementar estrategias que entroncan con la futurista Industria 5.0. Además de la obligada transformación digital para poder seguir siendo competitivos, las Finanzas 5.0 tienen el objetivo de afrontar el reto de la sostenibilidad y abordarlo desde una nueva perspectiva en la que la implantación de procesos financieros simplificados y transparentes, la eficiencia energética y la contribución a la economía circular son pilares fundamentales.
Uno de los elementos que caracteriza al concepto Finanzas 5.0, base de la solución Smart CG by aggity, lo encontramos en la automatización de procesos de bajo valor con el empleo de soluciones de RPA para la automatización robótica de procesos como las que proponemos en aggity, pero también en otros apartados menos conocidos como es su contribución al desarrollo sostenible.
La relación entre finanzas y medioambiente
La consecución de determinados objetivos ambientales afecta a la práctica totalidad de empresas y sectores económicos y cada es más patente que la relación entre finanzas y medioambiente es muy estrecha, más de lo que pudiera imaginarse. Lo cierto es que economía y medioambiente son dos conceptos íntimamente relacionados.
Al igual que sucede con la Industria 4.0 y, sobre todo con su hermana mayor la Industria 5.0, no se trata sólo de incorporar nuevas tecnologías o soluciones de automatización, sino de un concepto mucho más amplio en el que la sostenibilidad es un objetivo prioritario. Finanzas y medioambiente tienen que ir de la mano porque en las Finanzas 5.0 se espera que los directivos y los responsables financieros de las empresas no sólo hagan crecer el negocio, sino que otorguen un valor añadido a sus organizaciones a través de su contribución a la sostenibilidad. Se trata de aprovechar la tecnología para impulsar elementos como la eficiencia energética, economía circular, la relación abierta con los clientes o la mejora de la sostenibilidad del planeta, entre otros.
La relación entre sostenibilidad y relación con el cliente es cada vez más estrecha. Una entidad que entre sus preceptos no valore la sostenibilidad, verá mermada su reputación y sufrirá, por tanto, una pérdida de clientes. El binomio finanzas y medioambiente debe estar contemplado en las estrategias empresariales y ese compromiso ha de comunicarse y compartirse con los proveedores, los clientes y los partners, así como tenerse en cuenta en la relación que las empresas mantienen con estos.
Sostenibilidad y ética financiera
La reputación de las empresas se consigue en un entorno de Finanzas 5.0 a través de una estrategia en la que la ética financiera y la asociación con empresas que apoyen la sostenibilidad va a tener un valor cada vez más importante.
No hablamos del futuro, sino del presente. Los fondos especializados en inversiones en empresas sostenibles no paran de crecer y ello es consecuencia de que los inversores solicitan cada vez con más frecuencia que su dinero no se destine a empresas que alimentan el calentamiento global, sino que contribuyan a la sostenibilidad medioambiental.
Poco a poco se irá viendo como las organizaciones dejarán de buscar el máximo beneficio en el menor tiempo posible para destinar inversiones, prestar apoyo y establecer asociaciones con empresas que tengan asimilada la sostenibilidad. En un entorno de Finanzas 5.0 se centrarán, por tanto, en la economía real y en alcanzar una serie de objetivos que le reportarán beneficios no solo para mantener una cuenta de explotación saludable a corto plazo, sino también a medio y largo plazo.