La industria manufacturera ante el reto de reducir la factura energética

La industria manufacturera ante el reto de reducir la factura energética

El sector manufacturero observa cómo la factura energética desorbitada está afectando a unas cuentas que ya venían lastradas por los efectos de la pandemia. El uso de plataformas automatizadas basadas en analítica puede reducir el gasto en gas o electricidad en un 30%.

aggity y Sener han desarrollado una plataforma de gestión integral o Energy Management System (EMS) que analiza las fuentes de energía de una empresa para proponer la mejor opción.

Simples matemáticas: si las ventas de cualquier organización industrial aumentan entre el 1,5 % y el 2 %, pero sus gastos lo hacen a un ritmo del 10 %, se produce un desfase significativo en la cuenta de resultados. Esto es lo que está sucediendo en la industria que tiene que lidiar con un aumento de la factura energética de precisamente ese 10 %.

La industria manufacturera es una de las más afectadas por el constante incremento del precio de la energía. Ni siquiera sectores como el del retail o el del transporte, grandes consumidores de energía tienen tanta dependencia como el sector del manufacturing, que consume el 54 % de todo el petróleo, el gas y la electricidad en España, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La factura energética del sector manufacturero supone su desembolso más importante, sólo por detrás del que se destina a pagar las nóminas de los empleados. Un gasto que sigue aumentando a pesar de las inversiones realizadas por el sector para reducir consumos de electricidad o ser más eficientes. Gracias a la compra de equipos más sostenibles o el uso de tecnologías para la Industria 4.0, el sector manufacturing ha logrado reducir en un 30% la factura energética en los últimos 10 años.

Cómo reducir la factura energética

El alza en los precios de las fuentes de energía supone un verdadero reto para el sector manufacturero, que podría ser mayúsculo si la industria no hubiera comenzado años atrás con sus procesos de digitalización. Gracias a plataformas como Smart Factory by aggity, con la que se consigue digitalizar una fábrica gracias a una completa automatización de procesos y el empleo de tecnologías como el big data o la Inteligencia Artificial, es posible planificar, organizar y controlar los procesos a través de una única solución, lo que redunda en un consumo energético más eficiente y en un mejor control de los costes de la factura energética.

factura energética

El problema es que el alza de los costes de la energía continúa en aumento. El precio de la electricidad y del gas en los principales mercados sigue incrementándose, por lo que las inversiones realizadas para reducir los consumos por parte del sector industrial no son capaces de absorber todo ese incremento. Es necesario buscar nuevas fórmulas que amortigüen el impacto.

Reducir el gasto en energía en un 30%

Parece una cifra un tanto desorbitada, pero conseguir una reducción en la factura energética de un 30 % es posible y ese es el objetivo que plantearon aggity y Sener al desarrollar una plataforma única de gestión integral o EMS (Energy Management System) de todas las fuentes de energía de una compañía del sector industrial y manufacturero. La plataforma se encarga de analizar cuáles son los consumos energéticos, de dónde provienen, qué elementos son los que más consumen o cómo se puede mejorar el mix energético.

Su ventaja es que es capaz de realizar un análisis completo a través de los datos que obtiene de los dispositivos IoT, de fuentes externas como la meteorología, de las máquinas instaladas o del número de personas que se encuentran en el espacio físico. Con toda esa información, y mediante un conjunto de herramientas de analíticas, anticipa consumos futuros y determina la mejor fuente a utilizar en cada momento, y todo ello de forma automatizada y sin necesidad de intervención humana.

En definitiva, ante el reto del alza de precios de la energía, el sector manufacturero tiene ante sí una propuesta que le permitirá reducir consumos, ser más sostenible y, por supuesto, reducir la carga que ha supuesto la subida del gas y la electricidad, y además con un rápido retorno de la inversión.