Reducción de la Huella de Carbono de Producto en la Smart Factory
Reducir la huella de carbono de producto es prioritario para las empresas y, en especial, para las que operan en el sector industrial. Las Smart Factories lideran el avance hacia un mundo más sostenible con estrategias y soluciones que minimizan el impacto medioambiental.
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ToggleDescubre cómo las Smart Factories están reduciendo la huella de carbono de producto. Aprende sobre las tecnologías y estrategias utilizadas para lograr una producción más sostenible.
Para reducir la huella de carbono de producto, la Smart Factory o fábrica inteligente está implementando un conjunto de tecnologías que permiten desde una gestión inteligente de residuos hasta una reducción de los consumos energéticos, logros propios de las fábricas resilientes y sostenibles que se traducen en una mejora sensible del impacto ambiental de la producción.
Dado que el sector industrial es uno de los libera más emisiones al medioambiente, la sostenibilidad en la manufactura es un elemento que cobra cada vez más importancia en los entornos industriales. Las organizaciones que conforman este sector están cada vez más presionadas para implementar prácticas sostenibles que pasan por la eficiencia en el uso de recursos en la fábrica y por la incorporación de elementos de producción sostenible.
Medición de la huella de carbono
Es evidente que los conceptos Industria 4.0 y sostenibilidad van de la mano. La Smart Factory emerge como un elemento indispensable para abordar los desafíos que provoca el cambio climático al aprovechar la tecnología para mejorar los procesos de producción, posibilitar una reducción de emisiones de carbono o incorporar tecnologías limpias en la industria.
El primer paso para reducir la huella de carbono de producto pasa por la medición de la huella de carbono, ya que los datos que se obtengan con ella permitirán la definición de la estrategia óptima para reducirla. Una solución como Smart Factory by aggity juega un rol protagonista en este proceso, ya que posibilita la recopilación de datos en tiempo real, así como un análisis detallado para una posterior toma de decisiones.
La plataforma integra una serie de herramientas que aprovechan la potencia de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT) gracias a los sensores diseminados a lo largo de toda la cadena de producción para recopilar datos sobre el consumo de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero y otros indicadores ambientales relevantes. Los datos que se recogen se transmiten a plataformas centralizadas, donde se aplica inteligencia artificial para la mejora de la producción; es decir, un conjunto de algoritmos se encarga de procesarlos para identificar áreas de mejora en términos de eficiencia y sostenibilidad.
Optimización de procesos
Una de las ventajas de las Smart Factories es que consiguen la máxima eficiencia energética en la producción gracias a la optimización de procesos. Así, con el empleo de herramientas de automatización de procesos mediante robots y sistemas autónomos se incrementa la eficiencia, y al mismo tiempo, se minimiza el consumo de energía y se mejora la gestión de residuos en la fábrica inteligente, lo que también ayudan a reducir el desperdicio.
Por su parte, la monitorización en tiempo real permite que las fábricas inteligentes puedan evaluar de forma constante su rendimiento ambiental. La incorporación de sistemas de gestión energética proporciona información detallada sobre el uso de recursos y, con la información obtenida, los responsables de la Smart Factory pueden implementar cambios en los procesos con el objetivo de reducir la huella de carbono.
Trazabilidad y transparencia
El hecho de que los clientes también se muestren cada vez más concienciados por el uso de materiales sostenibles en la fabricación de los productos, está provocando que se produzcan numerosas innovaciones en la manufactura. Las empresas están estudiando cada vez más los materiales que emplean en la fabricación o la facilidad de reciclaje al diseñar sus productos y su packaging. De esta forma, contribuyen a mejorar la sostenibilidad y también a fidelizar a sus clientes.
Aquí juega un papel destacado la trazabilidad y la transparencia en la cadena de suministro, que permiten a los clientes de las empresas industriales rastrear el origen de los materiales y evaluar el impacto ambiental en cada etapa de la fabricación. Gracias al uso de tecnologías como blockchain o de RFID, la Smart Factory puede registrar y verificar cada paso del proceso de fabricación y distribución.