Smart factory y las infraestructuras resilientes

El objetivo 9 de los ODS, “Industria, Innovación e Infraestructuras”, hace referencia a la necesidad de convertir las fábricas en infraestructuras resilientes y sostenibles. La Agenda 2030 incide en la importancia de desarrollar la Smart Factory para poder construir una infraestructura resiliente.

Para conseguir infraestructuras resilientes y sostenibles, la ONU hace hincapié en la modernización y reconversión de las industrias en Smart Factories.

Entre los diferentes puntos que aparecen en el conjunto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hay uno, el número 9, que hace referencia a la transformación de la industria. El objetivo para conseguir una industria más sostenible pasa obligatoriamente por desarrollar la denominada Smart Factory y construir infraestructuras resilientes para hacer frente a los retos que tiene ante sí el planeta y la humanidad.

Corría el año 2015 cuando la ONU presentó los ODS, entre cuyos objetivos se encuentran la intención de poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que se cumpla la Agenda 2030, para que cuando llegue ese año todas las personas puedan disfrutar de paz y prosperidad en un mejor entorno medioambiental.

Los objetivos de la Agenda 2030 se resumen en 17 puntos, pero en este post nos centraremos precisamente en ese, el Objetivo 9, que persigue alcanzar una industrialización sostenible e inclusiva. La intención del ODS 9 pasa por conseguir unas infraestructuras resilientes y sostenibles y, por ello, la ONU hace hincapié en la necesidad de modernizar y reconvertir las industrias haciendo un uso más eficaz y responsable de los recursos.

Cómo alcanzar el ODS 9

Para alcanzar el ODS 9 de la Agenda 2030 es necesario llevar a cabo un proceso de transformación total de las industrias tradicionales. La gran mayoría de ellas llevan en funcionamiento desde hace muchos años, por lo que emplean técnicas de producción desfasadas que no son eficientes y que, por supuesto, son menos sostenibles. La construcción de infraestructuras industriales resilientes requieren, por tanto, el desarrollo de diferentes fases en los procesos de transformación digital.

En este sentido, para alcanzar la denominada Smart Factory que consiga cumplir el punto 9 de los ODS es necesario que las organizaciones adopten diferentes tecnologías que permiten transformar los antiguos procesos industriales en otros más limpios y sostenibles. Por este motivo, la ONU insta a los países a tomar las medidas necesarias para alcanzar uno de los grandes objetivos de la Agenda 2030.

El papel de la tecnología

En la consecución del desarrollo sostenible que fija el Objetivo 9, la tecnología juega un papel destacado. Son muchas las fábricas que ya están adoptando nuevos modelos e implementando diferentes tecnologías para conseguir infraestructuras resilientes. De hecho, el sector industrial es uno de los que más están avanzando en el despliegue de nuevas tecnologías, incluyendo soluciones de big data, inteligencia artificial y automatización, para que los procesos, no sólo permitan reducir el consumo energético y la factura energética en la producción industrial, de forma que la necesaria producción la realicen empresas industriales más eficientes y productivas, pero también más sostenibles.

Una de las características de una infraestructura resiliente es que las nuevas fábricas inteligentes o Smart Factories son fundamentales para el desarrollo de la Industria 5.0 y funcionan gracias a la utilización de las TIC de tal forma que, al estar totalmente digitalizadas, pueden operar de manera prácticamente autónoma. Esto redunda en una mejora de los procesos productivos que se traduce, por ejemplo, en un menor consumo energético y, consecuentemente, en una notable mejora de la sostenibilidad de la industria.

En este escenario, el uso de tecnologías como big data, los gemelos digitales, la automatización y la robótica o el IoT marcan el camino para llegar a esa fábrica inteligente. El objetivo fundamental de una smart factory es conseguir mayor productividad y eficiencia, al tiempo que sus procesos se llevan a cabo de forma más resiliente y sostenible.

La smart factory se convierte en una infraestructura resiliente gracias al empleo que hace de todas estas tecnologías. La fábrica inteligente es más eficiente y respetuosa con el medio ambiente y posibilita, además, que los empleados dejen de realizar tareas monótonas y repetitivas, lo que les dota de mayor capacidad para centrarse en lo realmente importante y que aporta más valor.

Construir infraestructuras resilientes

La fábrica inteligente y las infraestructuras resilientes no se crean de la noche a la mañana, sino que requiere de un tiempo de estudio y del desarrollo de una estrategia de digitalización industrial. En ese contexto, la incorporación de una plataforma como Smart Factory by aggity, que integra la solución para la planificación industrial Planet Together by aggity y el software de gestión industrial Opera MES con aggity, permite automatizar e incorporar inteligencia a los procesos industriales gracias al uso avanzando de la analítica de datos, la inteligencia artificial y el machine learning.

Ejemplos de infraestructuras resilientes

El ODS número 9 es quizá uno de los objetivos que puede conseguirse de forma más fácil ya que hace tiempo que el desarrollo de la smart factory se está llevando a cabo. Son las propias empresas las que vieron las ventajas de transformar el tradicional concepto de fábrica, entre las que se encontraba la mejora de los procesos de producción o la reducción de la factura energética.

De hecho, ya existen ejemplos de infraestructuras resilientes que, gracias a la automatización y el análisis de los datos, han desarrollado cadenas logísticas mucho más ágiles en las que los barcos y los camiones pueden comunicarse de forma autónoma con los puertos o los almacenes. De esta forma, se reducen los consumos energéticos y las emisiones de CO2, lo que contribuye a que el transporte de las cargas sea más sostenible.

Mejorar los procesos de fabricación

El desarrollo de infraestructuras resilientes y la construcción de la smart factory también pasan por la mejora de los procesos de fabricación de los productos. Por ejemplo, uno de los usos más habituales y que está teniendo cada vez más aceptación en los entornos industriales es el empleo de la analítica de datos, que capacita a las empresas industriales para hacer predicciones y conducir así con las luces largas encendidas.

De esta forma, la empresa puede conocer con precisión el número de productos que es necesario fabricar para satisfacer la demanda y tiene también capacidad para anticiparse a los picos de demanda que puedan producirse, lo que permite el desarrollo de modelos de negocio más sostenibles y eficientes.

Así mismo, la adopción de robots AMR, capaces de realizar tareas de manera independiente y sin necesidad de tener que ser controlados por un humano, es otra de las innovaciones que están implementando los entornos industriales para conseguir infraestructuras resilientes.

En suma, gracias a la denominada transformación 4.0, que incorpora herramientas tecnológicas para mejorar la eficiencia de la cadena de suministro y reducir el consumo energético y el impacto medioambiental, las fábricas inteligentes se distinguen por una mayor eficiencia productiva y energética, lo que las convierte en contribuidoras directas al cumplimiento del ODS 9 de la Agenda 2030.