Social MES, el cerebro de las fábricas inteligentes

Fábrica inteligente con social mes by aggity

 

Optimización, mejora continua, competitividad. Ya sea textil, de componentes de automoción, de bienes de equipo, de consumo, espacial, etc., la industria es uno de los motores de la economía donde la tecnología se ha convertido en un aliado decisivo para mantener posiciones en el escenario globalizado. La cuarta revolución industrial está en marcha y las denominadas smart factories o fábricas inteligentes serán las únicas que continuarán marcando el paso en el futuro.

La fábrica 4.0 representa un nuevo avance tanto desde los puntos de vista de la conectividad y la automatización, dos campos que se mantienen en constante evolución de forma simultánea a la convergencia del mundo físico y el mundo digital. De hecho, la convergencia de la tecnología operacional (OT) y la tecnología de la información (IT) abre la puerta al salto desde una operativa lineal y secuencial a otra abierta e interconectada que se alimenta del permanente flujo de datos procedente de los sistemas operacionales, los sistemas de producción, las diferentes áreas funcionales y el conjunto de la cadena de valor.

Se trata de un ecosistema complejo en el que el sistema MES (Manufacturing Execution System) opera como el cerebro respecto al sistema nervioso. En este cerebro converge la información procedente de los sistemas de producción y se lleva a cabo un control y una supervisión permanente de toda fábrica, con información completa, detallada y en tiempo real.

La potencia de MES va mucho más allá de la simple recolección de información al posibilitar la transformación de este flujo permanente de datos e información en conocimiento, es decir, en una visión real de la operativa y la actividad de las diferentes áreas funcionales. Este conocimiento se presenta de forma gráfica y a través de informes y cuadros de mando que permiten conocer en cualquier momento qué está sucediendo en la planta o plantas de fabricación, en qué medida lo que sucede se ajusta a lo planificado e incluso adelantarse y evitar cualquier tipo de fallo ante la detección de cualquier anomalía.

El cerebro MES no solo facilita a los gestores una visión completa del progreso de las órdenes de fabricación, también proporciona análisis estadísticos del rendimiento en tiempo real, como el OEE (Overall Equipment Efficiency) por recurso, planta, departamento; se encarga de supervisar y controlar los materiales (niveles de stock, visualización del consumo de materiales, lotes utilizados y fabricados, etc.), el mantenimiento y la calidad, con acceso a gráficos de control e inspecciones en línea.

Todas estas funciones resultan fundamentales para los responsables de producción. En el caso, por ejemplo, de un gerente de producción de un fabricante textil que necesite conocer cuándo estará disponible la nueva colección otoño-invierno de pantalones, en lugar de acceder a diferentes sistemas para verificar si la producción ya ha comenzado, conocer la planificación establecida, determinar el ciclo de fabricación, disponer de pruebas del producto y verificar la disponibilidad de materiales, dispondrá de una visión completa y detallada gracias al sistema MES que le envía directamente dicha información.

Fábrica 4.0: digital y social

De esta forma y bajo el principio de que la fábrica 4.0 es digital y también social, los operarios y ensambladores disponen de la información exacta que precisan en el momento requerido y lo mismo sucede en el caso de los responsables de fabricación, de calidad, de mantenimiento y, por supuesto, la gerencia. Del mismo modo, también máquinas, robots y procesos cuentan con la información necesaria al instante para desarrollar su labor y fluir de manera armónica y adaptable a cualquier cambio que pueda producirse para cumplir con los objetivos de negocio.

Como sucede con los sentidos en el cuerpo humano, en las plantas de fabricación existen diversos entornos en los que se recolectan datos –lectores de códigos de barras, medidores electrónicos, sensores, sistemas SPC (Statistical Process Control), formularios, etc.- y, a modo de cerebro, el sistema MES recopila toda esa información para ponerla a disposición de la gestión y las diferentes áreas funcionales de acuerdo con sus necesidades y requisitos.

En tanto que cerebro de la fábrica 4.0, el sistema MES configura un hub central de información conectado, cada vez de forma más estrecha y automatizada gracias a Internet de las Cosas (IoT), con los sistemas operacionales y con diversos sistemas de información, eliminando cualquier tipo de vacío entre la planta o plantas de fabricación con las áreas ingeniería, compras, contabilidad, calidad, etc. Con MES desparecen las áreas de fábrica de las que no existe información disponible en tiempo real y se mantiene un control permanente no solo de los procesos que se están desarrollando, sino también de en qué momento, de qué manera y por qué.

Para ello, los sistemas MES continúan evolucionando y cada día incorporan más inteligencia, se integran con el universo IoT e incorporan nuevas herramientas de comunicación social, configurando una capa adicional que, aprovechando la potencia de la nueva generación de aplicaciones Social Business, permite una gestión colaborativa de las plantas de fabricación en la que personas, máquinas y procesos pueden interactuar sin barreras.

Con todas estas capacidades, MES es un componente crítico de la Industria 4.0, que opera como un puente entre los distintos recursos físicos y sistemas de información de las plantas de fabricación y hace posible una verdadera digitalización de extremo a extremo. Todo ello, facilita un entorno integrado para intercambiar información y disponer de la visión y el conocimiento, en forma de indicadores clave, que permite tomar decisiones inteligentes de una forma ágil que impulsan la mejora constante, en términos de eficiencia y costes, que caracteriza a las fábricas inteligentes, capaces de aprender y de adaptarse de forma flexible a las nuevas demandas.