Seguridad en infraestructura crítica: mejores prácticas
La seguridad en infraestructura crítica es esencial para garantizar la continuidad y protección de los servicios vitales de una organización. En este post analizamos las mejores prácticas que implementan los CISO y los directores de seguridad para identificar y mitigar riesgos, mejorar la resiliencia de los sistemas y garantizar la continuidad del negocio ante un ciberataque.
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ToggleDescubre las mejores prácticas para proteger la infraestructura crítica en tu organización.
Sectores de actividad como el energético, el del transporte, las comunicaciones o el sanitario son vitales para el funcionamiento de la sociedad y la economía. Por este motivo, la protección de la infraestructura crítica de cada uno de ellos es de vital importancia dado que, en caso de producirse un ciberataque exitoso, las consecuencias en el funcionamiento de un país pueden extremadamente graves.
En este post analizamos algunas de las mejores prácticas para mejorar la protección de infraestructuras críticas.
Evaluación continua de riesgos y vulnerabilidades
El elemento más importante a la hora de mejorar la seguridad cibernética de una infraestructura crítica es tener una estrategia continuada que permita evaluar los riesgos y vulnerabilidades. De esta forma, las organizaciones identifican, analizan y mitigan los riesgos que pueden afectar a los sistemas críticos.
Una evaluación de vulnerabilidades permitirá identificar y mitigar posibles amenazas antes de que se conviertan en incidentes graves de seguridad. aggity Ciber & Cloud desarrolla evaluaciones continuas gracias y es capaz de identificar cuáles son las funciones críticas y qué impacto puede tener un posible ataque en la continuidad del negocio.
Asimismo, sus servicios agilizan la ejecución de auditorías de seguridad, cuyos resultados sirven de base para mejorar las políticas de seguridad de una empresa. Además, entre sus soluciones se incluyen prácticas tan fundamentales como las pruebas de penetración, que simulan ataques reales para identificar y corregir debilidades en la seguridad.
Implementación de controles de acceso
Una de las principales amenazas cibernéticas que asedian a las infraestructuras críticas tiene que ver con la gestión y los controles de acceso. La gestión de identidades y accesos es indispensable frente a amenazas internas y externas.
En este sentido, es importante incorporar soluciones y herramientas que permitan controlar tanto los accesos físicos a las instalaciones como los accesos a los sistemas, aplicaciones y redes de comunicación, de tal forma que sólo el personal autorizado pueda “entrar” en la organización.
Entre las técnicas más empleadas, en lo que se refiere al apartado físico, se suele contar con tarjetas de identificación, sistemas biométricos y credenciales electrónicas, que verifican la identidad de las personas que intentan entrar a áreas restringidas.
Asimismo, en el apartado de accesos lógicos que permiten mejorar la seguridad de redes o la detección de intrusiones en aplicaciones y sistemas, se emplean soluciones de autenticación multifactor (MFA) para asegurar que sólo los usuarios legítimos puedan acceder a la infraestructura tecnológica. Además, también es una buena práctica llevar a cabo registros detallados de todas las actividades de acceso, lo que permite mantener una auditoría exhaustiva, además de detectar intrusiones.
Monitoreo y detección de amenazas
En cualquier estrategia de ciberdefensa la monitorización juega un papel importante en la gestión de riesgos y la protección de datos de la infraestructura crítica. Su función es detectar y responder a las amenazas en tiempo real.
En este sentido, tienen especial relevancia el uso de sistemas de detección de intrusiones (IDS), así como de sistemas de prevención de intrusos (IPS), que detectan y bloquean las actividades maliciosas en la red. Es también importante el uso de soluciones de inteligencia de amenazas para supervisar el tráfico de red e identificar comportamientos anómalos que puedan indicar un ataque.
Capacitación del personal
En la mitigación de riesgos, la labor de los empleados es esencial. Los usuarios suelen ser uno de los eslabones más débiles y buena parte de los ciberataques exitosos suelen producirse por algún error cometido por los trabajadores.
La formación continua en ciberseguridad puede prevenir muchos incidentes de seguridad al asegurarse de que el personal conoce las amenazas y también esté al tanto de las mejores prácticas, lo que repercutirá en una mayor resiliencia cibernética de las organizaciones. Establecer sesiones que proporcionen un entrenamiento regular de los miembros de la plantilla, así como realizar campañas de concienciación ayudarán a mejorar la estrategia de ciberseguridad de la organización.
Recuperación de datos
Ninguna empresa está exenta de sufrir un ataque que tenga éxito. Por eso, en cualquier plan de respuesta a incidentes es imprescindible realizar copias de seguridad regulares de todos los datos críticos y asegurarse de que los sistemas de recuperación funcionan de forma correcta. Contar con un plan eficiente de recuperación ante desastres garantizará que, en caso de ataque, los datos puedan ser restaurados rápidamente.