La ciberseguridad gana enteros en la postpandemia

Solo uno de cada cinco profesionales de la seguridad informática afirma haber vuelto a realizar las mismas actividades de protección que se llevaban a cabo antes de la crisis.

Dejar al descubierto datos sensibles no solo pone en peligro la privacidad y aumenta la exposición a los riesgos, también está en juego la reputación de la marca.

Desde el inicio de la pandemia de la Covid-19 el número de ciberataques a las empresas se ha incrementado. A finales del año pasado el 58% de las compañías admitían, según un informe de la empresa de seguridad Check Point, que este había sido uno de los impactos negativos de la crisis del coronavirus en las compañías.

Los profesionales de este ámbito admiten que, como consecuencia de este aumento de los riesgos, se ha producido un cambio significativo en el enfoque de la estrategia de ciberseguridad de las organizaciones.

¿Qué es lo que ha cambiado en este 2020? El 95% de los participantes en la encuesta, realizada entre más de 600 profesionales de seguridad informática en todo el mundo, indica que empezaron a introducir modificaciones durante la segunda mitad del año, cuando ya se detectó que la situación se iba a alargar más de lo previsto en un primero momento.

Se centraron en dar respuesta a las necesidades asociadas al trabajo en remoto, en aumentar la formación en ciberseguridad de los empleados, así como en optimizar recursos en la prevención de amenazas y la seguridad de las redes corporativas. Así mismo, el 27% señala que su empresa ha acelerado los proyectos de seguridad existentes durante 2020.

Cambio en la estrategia de ciberseguridad

Esto último demuestra que, para la mayoría de las empresas la pandemia ha implicado una reinvención no planificada de su modelo de negocio y que el papel de la ciberseguridad no volverá a ser el mismo que antes de esta crisis. Solo uno de cada cinco profesionales de la seguridad informática afirma haber vuelto a realizar las mismas actividades de protección que se llevaban a cabo antes de la crisis.

El principal reto al que se enfrentan en un futuro inmediato los CISO y los especialistas en TI es garantizar la seguridad de los empleados que trabajan de forma telemática. Cada vez son las más empresas que han adoptado el teletrabajo de manera permanente, aunque sea en formato híbrido.

La prevención de los ataques de phishing y de ingeniería social, el acceso remoto seguro y la protección de las aplicaciones e infraestructura cloud también figuran entre sus prioridades para los próximos meses. Algo más de margen, hasta 2023, se dan para mejorar la seguridad de los endpoints y dispositivos móviles, de las infraestructuras en la nube pública y el multicloud.

Detrás de este gran esfuerzo de los expertos en seguridad y de los motivos que justifican la inversión destinada a la partida de la ciberseguridad existe un objetivo único y esencial para el funcionamiento de cualquier empresa inmersa en la digitalización: resguardar los datos de los usuarios, tanto de sus empleados, como de clientes y proveedores.

Dejar al descubierto datos sensibles no solo pone en peligro la privacidad y aumenta la exposición a los riesgos, también está en juego la reputación de la marca. Contar con un partner en ciberseguridad, con una propuesta de soluciones y servicios adaptada a los retos actuales, es fundamental para proseguir la evolución digital con garantías.


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