Establecerlos antes del inicio de una campaña ayuda a definir qué resultados se quieren conseguir, para qué, cómo se van a lograr y en cuánto tiempo.
El marketing digital abarca todas las acciones y estrategias comerciales y publicitarias que utilizan como soporte un canal online. La
interacción de los clientes con las marcas a través de sus páginas web, redes sociales y correos electrónicos, entre otros, ha ayudado a las empresas a establecer planes basados en los datos de estos usuarios y su posterior análisis.
Una solución como
RedPoint Global by aggity, basada en inteligencia artificial y aprendizaje automático, integra toda esta información en una misma plataforma, de forma que los equipos de marketing no solo disponen de
todos los datos de sus clientes provenientes de diferentes fuentes, también cuentan con la capacidad para interpretarlos, obtener información relevante y definir
estrategias de marketing online. Para saber si son las adecuadas, existen los objetivos SMART. Definirlos ayuda a evitar el exceso de información, a mejorar la toma de decisiones y a evaluar los resultados.
El vocablo inglés SMART, además de traducirse como ‘inteligente’, también es el acrónimo de los
cinco objetivos que han establecerse en cualquier estrategia de marketing digital: Specific, Measurable, Attainable, Realistic, Timely. Concretarlos antes del inicio de una campaña ayuda a definir qué resultados se quieren conseguir, para qué, cómo se van a lograr y en cuánto tiempo. Cada uno de ellos representa un requisito a cumplir:
• Specific (específico)
Hay que ser lo más preciso posible sobre el qué se quiere conseguir. La mayoría de las veces no vale con algo genérico como aumentar el número de visitas a una web o
incrementar las ventas. Es aconsejable definir, por ejemplo, qué tipo de cliente se busca atraer o qué categoría de productos se quieren vender. Seguramente sea el paso más difícil, por lo que hacer este esfuerzo ayuda a centrar mejor el objetivo.
• Measurable (medible)
Cualquier objetivo ha de ser medible para comprobar con datos si se ha alcanzado o, en el caso de que no sea así, corregir la estrategia. Por ejemplo, en el caso de querer aumentar el número de visitas a un site concretar cuál sería el incremento aceptable. Poner una meta ayuda a fijar mejor el propósito de la acción de marketing y saber cuándo se ha cumplido.