Tecnologías para una fabricación inteligente
Las fábricas inteligentes, o smart factories, aprovechan las tecnologías digitales para mejorar en productividad, calidad, flexibilidad y servicio a través de la conectividad, la automatización inteligente y el análisis y gestión de datos.
La analítica avanzada se utiliza, primero, para respaldar la toma de decisiones, pero el objetivo final es lograr operaciones automáticas de optimización.
La fabricación inteligente es el paso necesario para que la industria sea competitiva y se desarrolle al mismo ritmo que lo hace el resto de la sociedad de la mano de la digitalización. Otro de los términos a los que se recurre para referirse a esta transformación es el de Industria 4.0 o cuarta revolución industrial, un concepto que da idea del cambio de paradigma al que se enfrenta sector.
Las fábricas inteligentes, o smart factories, aprovechan las tecnologías digitales para mejorar en productividad, calidad, flexibilidad y servicio. La consultora Capgemini, en su informe ‘Smart factories @ scale’ señala tres tecnologías claves que las habilitan.
Por un lado, la conectividad, aprovechando el IoT industrial para recopilar datos de equipos existentes y nuevos sensores; la automatización inteligente, con la aplicación, por ejemplo, de robótica avanzada, control distribuido o drones; y el análisis y gestión de datos en la nube, con la implementación, entre otras, de soluciones de análisis predictivo e inteligencia artificial.
Optimización de las operaciones
La característica principal de una fábrica inteligente es la optimización de «ciclo cerrado», impulsada por datos, de las operaciones de un extremo a otro, según recoge el mismo documento. La analítica avanzada se utiliza, primero, para respaldar la toma de decisiones, pero el objetivo final es lograr operaciones automáticas de optimización, donde la fábrica se adapta constantemente a la demanda, variaciones en desviaciones de suministro y proceso.
Aquellas organizaciones que estén dispuestas a dar el salto deben apoyarse en una plataforma analítica como Smart Factory by aggity para todo su ciclo productivo. Esto incluye la mejora de la producción, la logística, la calidad, el mantenimiento y la previsión de la demanda e inventario, todo ello mediante el uso de algoritmos de inteligencia artificial, lenguaje natural y machine learning.
Al tratarse de un sistema modular, esta solución es capaz de adaptarse a las necesidades de cada cliente, manejar los grandes volúmenes de información de forma contextualizada y holística, e identificando la raíz de los problemas y prediciendo el comportamiento futuro de la fábrica para tomar decisiones en consecuencia. El resultado es una reducción del 30% de los costes operativos, una mejora de la eficiencia en la producción que puede alcanzar el 20% y una mejora en la gestión de los inventarios de hasta el 30%.
La transformación de la industria ha de pasar inevitablemente por la analítica de datos y el uso de tecnologías IoT. Con la implantación de estas soluciones, a través de una plataforma unificada, se consigue digitalizar la fábrica gracias a una perfecta y completa automatización de procesos y predicción de acciones.
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Inteligencia artificial en la industria 4.0
Las soluciones de inteligencia artificial aplicadas a la empresa toman decisiones en tiempo real, hacen recomendaciones personalizadas, detectan los orígenes de los errores o proyectan modelos predictivos.
La economía mundial será en 2030 un 14% mayor como consecuencia de los efectos de la aplicación de la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial es la capacidad que tienen los sistemas informáticos para emular las capacidades de la mente humana en sus procesos de aprendizaje, razonamiento y resolución de problemas. En el ámbito de la empresa, hace referencia a soluciones innovadoras que, a partir de la analítica de datos, toman decisiones en tiempo real, hacen recomendaciones personalizadas, detectan los orígenes de los errores o proyectan modelos predictivos.
Las organizaciones e industrias que quieran ser competitivas en el futuro no pueden dar la espalda a estas aplicaciones. La consultora PwC estima que la economía mundial será en 2030 un 14% mayor como consecuencia de los efectos de la inteligencia artificial.
El mismo documento recoge que, en términos absolutos, en esa misma fecha la IA provocará un incremento adicional del PIB mundial de 15,7 billones de dólares adicionales. De ellos, 6,6 billones (el 42%) se generarán como consecuencia del incremento de la productividad y 9,1 billones por los efectos en el consumo.
El informe estima que el principal impacto sobre la economía mundial vendrá de tres factores fundamentales. Uno de ellos son las ganancias en productividad para las empresas como consecuencia de la automatización de procesos, incluido el uso de robots y de vehículos autónomos.
Otra consecuencia es el incremento de la productividad debido al incremento de la fuerza laboral de las compañías con las tecnologías de inteligencia artificial, entre ellas la realidad aumentada y asistida. Y, por último, por el aumento del consumo derivado de la existencia de productos y servicios más personalizados y de mayor calidad.
Gestión de datos
Como se adelantaba más arriba, la inteligencia artificial aplicada a la empresa no es prácticamente nada sin la gestión de datos. Para que tenga sentido su implementación, las compañías han de disponer de una gran cantidad de datos que permitan a las soluciones de inteligencia artificial extraer la información que facilite su entrenamiento para aprender a ofrecer las mejores respuestas.
La plataforma Smart Factory by aggity integra el uso de técnicas de inteligencia artificial, aprendizaje profundo (machine learning) y redes neuronales inteligentes (ANN, por sus siglas en inglés) que, aplicadas al sector de la producción, facilitan la transformación digital de la industria.
Gracias al análisis de algoritmos que se adaptan a cada necesidad, esta solución convierte los volúmenes de datos de los procesos industriales en información fácilmente interpretable. Es así como es posible controlar y evaluar el rendimiento en cada momento y proceso, además de ayudar a prevenir problemas en la fábrica, gestionar la calidad de los productos y mejorar la operativa de forma continua.
De acuerdo con los datos basados en la experiencia de nuestros clientes, el despliegue de la solución se traduce en un incremento medio de la productividad del 35% y la reducción en un 95% del uso de papel. También se consigue reducir los plazos de entrega un 27%, el ’work in progress’ un 24% y los no conformes un 21%; además de acortarse en un 72% el tiempo de recogida de datos.
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