Comunicación interna como clave en la transformación digital
En el momento de iniciar un proceso de transformación digital es importante que, de forma paralela, se diseñe una buena estrategia de comunicación interna como una herramienta más que ayude a implicar a los empleados en el cambio.
Fijar objetivos, identificar audiencia y canales de comunicación, o definir el papel de la dirección son pasos necesarios en el diseño de un plan de comunicación interna.
Abordar la transformación digital de una compañía no solo implica implementar las tecnologías adecuadas, también hacer un trabajo de comunicación interna para que los empleados conozcan de primera mano la nueva estrategia de la empresa, saber cuáles van a ser los pasos que se van a seguir e implicarles en el cambio para que se sientan parte de él y no al margen.
Esta implicación, a través de una comunicación transparente y fluida, aumenta el compromiso de los trabajadores y crea cohesión, no solo entre los propios miembros de la plantilla, también con la organización. Lo que, a su vez, se traduce en un aumento del bienestar de los empleados y la retención del talento y, por tanto, de los resultados.
Como ocurre con cualquier cambio, tanto en la vida personal como la profesional, es necesario un periodo de adaptación en el que la información ayuda a disipar dudas y rebajar la incertidumbre. En el momento de iniciar un proceso de transformación digital es importante que, de forma paralela, se diseñe una buena estrategia de comunicación interna como una herramienta necesaria más.
Pasos para implementar una estrategia de comunicación interna
Un plan de comunicación interna adquiere mayor sentido según vaya creciendo el tamaño de la compañía. Para que sea eficaz, desde la escuela de negocios EAE recomiendan seguir los siguientes pasos:
1. Hacer un análisis de la situación.
Comprobar cuál es la situación de la empresa en temas de comunicación interna. Para ello se valoran aspectos como los canales disponibles, el tipo de comunicación imperante o la calidad de la misma, entre otros.
2. Fijar objetivos y metas.
De ese primer análisis se desprenderán los objetivos: qué necesita la empresa, dónde está fallando o cómo mejorar la comunicación entre sus miembros.
3. Identificar audiencias y canales de comunicación.
El tercer paso va estrechamente ligado al punto anterior. Hay que definir las audiencias (trabajadores, colaboradores, departamentos, etc.) y optimizar los canales existentes o elaborar unos nuevos. El objetivo es la satisfacción de todas las audiencias.
4. Papel de la dirección.
La gerencia debe implicarse durante todo el proceso. Son ellos los que van a movilizar al resto de la organización en el momento de implementar un plan de comunicación interna. Cuando las compañías sean demasiado grandes, habrá que identificar a aquellos líderes de sección para que el mensaje sea efectivo.
5. Determinar plazos y responsables.
Como cualquier plan, la comunicación interna necesita un responsable directo y otros que le acompañen. Esta labor puede recaer en la propia gerencia o en adjuntos a ella. También es necesario fijar unos plazos para la ejecución de las labores.
6. Seguimiento y medición.
Cuando el plan esté en marcha, sus responsables deben implementar estrategias de seguimiento, monitorización y medición permanente. Por ejemplo, pueden probar si un determinado canal está siendo efectivo o cómo puede mejorarse. Los procesos de comunicación interna no se detienen, evolucionan y se adaptan.
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- Publicado en Retail
Formación digital para una transformación exitosa
Las empresas han de tener presente que contar con talento digital en su plantilla no solo implica la contratación de nuevos perfiles, también requiere la formación continua de sus trabajadores para que evolucionen al mismo ritmo que el negocio.
La recuperación de la actividad con la adopción de un modelo de trabajo híbrido supone ahora un nuevo desafío para las organizaciones.
La transformación digital de cualquier empresa, independientemente de su tamaño y sector, pasa por la capacitación de sus empleados en las habilidades que requiere la nueva economía. Las empresas han de tener presente que contar con talento digital en su plantilla no solo implica la contratación de nuevos perfiles, también requiere la formación continua de sus trabajadores para que evolucionen y crezcan profesionalmente al mismo ritmo al que lo hace el negocio.
Esta transformación no tiene marcha atrás. Durante los meses de confinamiento las empresas se vieron en la necesidad de seguir prestando servicio en un entorno en el que había que minimizar el contacto físico con empleados, proveedores y clientes. Casi el 70% de los gerentes españoles afirma haber llevado a cabo algún tipo de transformación digital en su negocio como respuesta a la Covid-19, según un informe de Salesforce.
Efectivamente, esta nueva era digital requiere una fuerza de trabajo digital. La Comisión Europea estima que la demanda de trabajadores con formación en informática y telecomunicaciones crece un 4% al año.
Modelos híbridos
La pandemia ha hecho que las compañías den un impulso por subirse al cloud, casi una tercera parte del tejido productivo ya está haciendo uso de algún tipo de servicio en la nube; el teletrabajo ha venido para quedarse y se han automatizado algunos procesos corporativos, según refleja el “Informe de la Sociedad Digital en España 2020-2021: El año en que todo cambió”, elaborado por Fundación Telefónica.
Cuando se desató la crisis sanitaria, el porcentaje de trabajadores impulsado a teletrabajar pasó del 5% al 34% de la noche a la mañana y, a pesar de lo inesperado, solo un 23,8% de ellos declaró haber experimentado alguna dificultad al realizar su labor desde casa, como recoge el mismo informe.
La recuperación de la actividad con la adopción de un modelo de trabajo híbrido supone ahora un nuevo desafío para las empresas. Al mismo tiempo que actualizan la formación de sus empleados, han de implantar estrategias que faciliten la adquisición de conocimientos digitales también en formato online. Esto implica identificar las habilidades de los trabajadores y las necesidades de las organizaciones para lograr sinergias entre ambos e impulsar el negocio.
Así mismo, y a pesar de la notable importancia de las competencias tecnológicas –conocidas como hard skills–, cada vez son más los expertos que destacan el papel relevante que están adquiriendo las soft skills. Apuntan a que el perfil del profesional del siglo XXI deberá combinar de forma equilibrada los conocimientos digitales con habilidades más asociadas al carácter humano y a las formas de relacionarnos y comunicarnos con los demás.
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- Publicado en Retail
Tecnología y modelos de trabajos híbridos
Las empresas que opten por sistemas híbridos deben diseñar un plan que ofrezca flexibilidad y, al mismo tiempo, proporcione a los empleados las herramientas necesarias para desempeñar sus responsabilidades y mantener la productividad.
Un 65% de los trabajadores ha manifestado su preferencia por un modelo híbrido en el que se alterne el trabajo presencial con el remoto.
Desde hace año y medio, el mundo laboral ha experimentado un cambio significativo. Sobre todo en aquellos ámbitos en los que ha sido factible adoptar fórmulas de trabajo en remoto para seguir manteniendo la actividad y paliar los efectos de la pandemia. Este cambio ha impulsado a empresas de todo el mundo a rediseñar sus estrategias y emplear herramientas para garantizar la continuidad de su negocio.
Con la paulatina vuelta a algunos de los hábitos y rutinas anteriores a la covid-19, son muchas las compañías que han decidido apostar por modelos de trabajo híbridos, en los que se alternan la presencia de los empleados en las oficinas con jornadas de teletrabajo. Un sistema que algunas organizaciones ya habían implantado, pero que en estos meses ha experimentado un empujón definitivo.
Aunque el 66% de los trabajadores ha expresado el deseo de volver a sus puestos presenciales, según una encuesta realizada por Zoom, el 65% ha manifestado que lo ideal para ellos sería un modelo híbrido. De estos, el 33% prefiere trabajar principalmente desde la oficina y el 32% desde casa.
Flexibilidad y productividad
En este escenario, las empresas que opten por sistemas híbridos deben diseñar un plan que ofrezca flexibilidad y, al mismo tiempo, proporcione a los empleados las herramientas necesarias para desempeñar sus responsabilidades, tanto cuando acudan a la oficina como cuando opten por el trabajo en remoto. Unos recursos que también les aportarán autonomía para organizar su semana laboral y, por tanto, mantener la productividad.
Desde el punto de vista de las organizaciones, estas deben asegurarse de que sus empleados en remoto tienen la capacidad de completar sus actividades con la misma eficacia que lo harían de manera presencial y, a la vez, mantener la cultura de empresa que crea esa cohesión entre todos los integrantes de esta. Con el teletrabajo no debe perderse el contacto para mantener el sentido de grupo que muchas veces se genera en el trato personal diario.
Cuando se trata de gestionar el trabajo a distancia hay dos cuestiones críticas: favorecer la comunicación entre los empleados y la empresa, y la integración de herramientas que faciliten el control del horario laboral. La solución BestTalent IA by aggity para la gestión de recursos humanos es modular, siendo el cliente quien elige qué módulos necesita incorporar a su organización.
Gracias al empleo de técnicas de inteligencia artificial, es posible hacer frente a a estos retos y automatizar una parte importante de las tareas relacionadas con la gestión de los recursos humanos y el talento de una organización. Así como hacerlo de forma telemática y desde cualquier lugar, favoreciendo la puesta en marcha de medidas para el teletrabajo y la transformación digital de la compañía.
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- Publicado en Talent & HR